Por muchos años se ha presentado un escenario donde se lleva a cabo la sobreexplotación de los recursos finitos y así generar impactos ambientales que en la mayoría de veces afecta a la seguridad de la sociedad y al equilibrio del medio ambiente. El cual es conocido como el clásico esquema de la economía lineal donde se desarrolla etapas sucesivas de extracción, procesamiento, utilización y eliminación de productos y materiales.

Actualmente la economía parece atrapada en un sistema en el cual todo, desde la producción hasta la utilización no parece importarle las repercusiones que esta ocasionando al medio ambiente.

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La Economía circular es la contradicción del modelo lineal. Propicia el reciclaje de materiales que se creen inservibles, hacen que mantenga su valor y la utilidad de forma permanente a los largo de la producción y uso. Propicia beneficios para el medio ambiente, sociales y valor agregado para las empresas.

El objetivo de la economía circular es analizar las posibles vías que permitan provocar el cambio de prototipos necesario para modificar el modelo lineal, así como los deficientes hábitos del comportamiento social, hacia nuevos esquemas enfocándose en modelos responsables e inteligentes y concientizar el uso de los recursos y evitar el despilfarro.

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Durante esta transición es necesario que muchas personas se involucren en esta nueva tendencia. Los gobiernos y las empresas son parte importante de este cambio y además es necesario que el sistema educativo promueva la concienciación al uso responsable de los recursos. Durante la transición la innovación es un elemento clave que debe contar con nuevas tecnologías, procesos, servicios y modelos empresariales. (Espaliat, 2017).