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El contexto social y económico de la era globalizada

Durante la implementación de la económica circular se trata de cambiar el esquema lineal extracción-transformación-uso-eliminación por uno que sea enfocado en la retroalimentación del tipo reducción-reciclaje-reutilización-recuperación; a lo que hay que agregar la necesidad de añadir nuevos modelos de negocio y de consumo basados en los principios de sostenibilidad.

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La evolución de la globalización ha estado dominada por la economía lineal, aunque se han logrado avances importantes para mejorar la eficiencia de los recursos, todo sistema basado en el consumo conlleva pérdidas significativas a lo largo de la cadena de valor. Entre los elementos más significativos que contribuyen a aumentar la presión ambiental, se encuentran el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y de capital natural la degradación del suelo y la contaminación del suelo.

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Lamentablemente las empresas únicamente se han enfocado en lucrar y no en proteger el medio ambiente, en esta nueva era el entorno exclama a gritos un cambio de modelo económico que genere un movimiento global favorable al uso racional de los recursos, el mundo necesita líderes empresariales comprometidos en poner fin al despilfarro.

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En este contexto, el modelo circular de crecimiento, desvinculado del consumo de recursos finitos, y capaz de ofrecer sistemas económicos resilientes, es cada vez más tenido en consideración como la única tendencia favorable al desarrollo sostenible. La conjunción favorable y sin precedentes de factores tecnológicos y sociales es el motor que actualmente hace posible la transición eficaz a una economía circular a escala mundial.

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En contraposición al planteamiento lineal, la economía circular es, conceptualmente, “restauradora” y “regenerativa”, propiciando que materias primas, productos y servicios mantengan su valor y su utilidad de modo permanente, aspecto que se debe tener en cuenta desde la fase de diseño de dichos productos y servicios. El objetivo es procurar que tanto las materias primas como los productos y los recursos se mantengan dentro del ciclo productivo el mayor tiempo posible, prescindiendo del acostumbrado indicador de desarrollo económico basado exclusivamente en la magnitud del consumo de productos acabados. La economía circular aboga por esquemas de pre y post producción que mantengan a los productos, subproductos y residuos valorizables en servicio durante un largo período, procurando su reutilización una y otra vez.

 

La verdadera economía circular es aquella que es restaurativa y regenerativa a propósito, la que trata que productos, componentes y materias mantengan su utilidad y su valor máximo en todo momento, conciliando los ciclos técnicos con los principios de equilibrio y resiliencia característicos de los ciclos biológicos. Este modelo económico trata en definitiva de desvincular el desarrollo económico global del consumo de recursos finitos. La economía circular aborda los crecientes desafíos relacionados con los recursos a los que se enfrentan las empresas y la economía, y pretende por esta vía generar crecimiento, crear empleo y reducir los efectos ambientales negativos, incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global y del cambio climático. Dado que cada vez son más las voces que abogan por un nuevo modelo económico basado en el pensamiento de sistemas, la conjunción favorable y sin precedentes de actores tecnológicos y sociales hace posible hoy en día la transición exitosa hacia la economía circular. (Espaliat, 2017).

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